La moda siempre ha sido una forma de expresión personal, social y cultural, pero en la era digital, las maneras de presentar nuestra imagen y nuestro sentido de la moda ha evolucionado hacia espacios impensados en el pasado.



Las plataformas virtuales en las que socializamos, compartimos, trabajamos o jugamos pasan a ser principales porque estamos cada vez más inmersos en las redes sociales, videollamadas, videojuegos y el metaverso.



En todos estos canales replicamos las mismas dinámicas sociales que en la vida real offline: necesitamos representar nuestra identidad como individuos y nos identificamos con grupos sociales a partir de ciertas referencias y gustos.



Puedo decir con total seguridad que en el día a día veo más personas, ropa y looks en Instagram que en la vida real offline porque se convirtió en una nueva vidriera social y estética, no sólo para marcas que vuelcan la mayor parte de su contenido y su publicidad en las redes sociales, sino para las personas influyentes, y el público general.



Parece importar más estar bien vestido en la foto que subo a mi perfil, que en lo que me pongo para ir a la oficina, y esto es porque el hecho social de vestirse y presentarse en las redes sociales es un acto formal que queda registrado, que además es evaluado por aquellos que me siguen a través de likes, y que tiene más alcance y más repercusión.



Con la llegada del metaverso, espacio virtual donde las personas pueden interactuar y experimentar en un mundo digitalizado, la lógica de la moda parece replicarse de manera natural.



Para interactuar y jugar, tenemos que crear nuestro avatar personal y nuestro nombre, y en casi la mayoría de los casos, eso es lo único que revelamos de quienes somos &#8211; lo cual nos permite mostrarnos de manera similar a quienes somos offline, o de una manera seudónima y fantasiosa.



Estos ecosistemas virtuales, sean realistas o no, no dejan de ser sociales y es gran parte del motivo por el cual la gente participa.



Como en la mayoría de las interacciones sociales, lo primero que vemos de la otra persona es su imagen y cómo se presenta. De hecho, podemos identificar referencias o elementos que pueden hacerlo más o menos cercanos a nosotros y a nuestros intereses.



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El mercado de venta de skins o trajes virtuales en todos los videojuegos está en gran crecimiento. Esto es porque a la gente realmente le importa lo que viste, no sólo para estar más inmerso en el juego, sino también por el aspecto social. Tener cierto look puede remitir a referencias culturales pero también a logros: en muchos juegos al subir a niveles altos te permite obtener recompensas exclusivas.



Las marcas de moda se han dado cuenta del potencial de la moda virtual para conectarse con una audiencia más joven y para explorar nuevas formas de expresión y plantean nuevas estrategias para mantenerse al día con las nuevas posibilidades digitales.



Balenciaga, Gucci, Nike, y muchas otras reconocidas empresas de lujo han creado sus propios mundos virtuales para presentar sus colecciones de moda, o simplemente para dar a conocer otra dimensión de la marca, permitiendo a muchos usuarios la posibilidad de consumir versiones digitales de sus productos a una fracción del precio, con el fin de familiarizar a la próxima generación de consumidores.



Estamos ante un panorama de mayor inclusión y diversidad, donde las limitaciones se desdibujan y las oportunidades se vuelven infinitas, con la posibilidad de crear identidades virtuales únicas, dando rienda suelta a la libertad de expresión, y permitiendo que todos se sientan cómodos y representados de alguna manera, en un mundo mucho más comunitario e interactivo entre las marcas y los usuarios.



De esta forma, nace un nivel de interacción nunca antes visto entre las marcas de moda y los usuarios. Ya no se trata de un usuario pasivo que consume publicidades simplemente, sino que aquí se experimenta la marca de manera inmersiva, interactiva y social.



Hoy en día se puede recorrer un local de ropa virtualmente, teniendo no solo la posibilidad de ver las prendas sino de probarlas, comprarlas en tiempo real, y además se puede hacer en línea con otras personas.



Además, muchas de estas experiencias incluyen un juego o un aspecto lúdico, lo cual permite a la marca presentarse de manera más estimulante, sensorial y emocionante que simplemente estar viendo una campaña fotográfica en redes sociales.



Todos estos nuevos productos y experiencias intangibles no son solo una nueva forma de interactuar y crear novedad entre marcas y consumidores, sino también una gran herramienta de marketing para la fidelización del cliente.



Es fundamental que las marcas se mantengan informadas de las posibilidades que el mundo digital ofrece, y se atrevan a entrar a estas nuevas plataformas para mantenerse relevantes.



Las marcas que entiendan los códigos de estos &#8216;universos&#8217; y exploten su imagen de manera diferente, van a ser aquellas que conecten de manera diferencial con su audiencia más joven, que está sobreexpuesta a mensajes e información constante, y así lograrán construir relaciones eficientes con su próxima generación de consumidores.







(*) Sofía Englebienne es licenciada en Diseño de Moda, fundó Eter Studio en 2021, un espacio para conectar lo real y lo virtual a través de experiencias Web3, fomentando la experimentación y la colaboración.



Contacto:&nbsp;<a href="mailto:sofia@eter.studio" target="_blank" rel="noreferrer noopener">sofia@eter.studio</a>

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Más que una marca: conoce las posibilidades de la moda en la nueva era digital

La moda siempre ha sido una forma de expresión personal, social y cultural, pero en la era digital, las maneras de presentar nuestra imagen y nuestro sentido de la moda ha evolucionado hacia espacios impensados en el pasado.

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